miércoles, 28 de diciembre de 2016

El que ha de Volver, por M. Chasles. Apéndice I, Las Profecías, II Parte

1) ANUNCIOS Y REALIZACIONES DE LAS PROFECIAS
DE LA PRIMERA VENIDA


I) Origen e infancia del Mesías


1) De la raza de Abraham

Gén. XXII, 18

Mt. I, 17-17; Lc. III, 23-24; Hech. III, 25

2) De la tribu de Judá

Gén. XLIX, 10

Mt. I, 2; Lc. III, 23-30

3) De la familia de David

II Sam. VII, 12

Mt. I, 1-17; IX, 27; XXI, 9.15; XXII, 45; Lc. III, 23-31; Rom. I, 3

4) Nacerá de una Virgen

Is. VII, 14

Mt. I, 22-23

5) Nacerá en Belén

Miq. V, 1

Mt. II, 6

6) Tendrá que huir al Egipto y volver de allí

Os. XI, 1

Mt. II, 15

7) Los niños de Belén serán masacrados

Jer. XXXI, 15

Mt. II, 17

8) Jesús volverá a Nazaret y será llamado Nazareno

Is. XI, 1
(Netzer, en hebreo)


Mt. II, 23; Jn. I, 45

viernes, 23 de diciembre de 2016

Reseña de Ramos García al Comentario a Daniel de San Hipólito


Nota del Blog: la siguiente reseña, obra del reconocido exégeta español, puede leerse en Estudios Bíblicos, vol. VIII, 1949, pag. 276 ss.

Nótese que la misma es posterior en cinco años al famoso segundo decreto sobre el Milenarismo, y que aún así, Ramos García lo sigue defendiendo.

***

HIPPOLYTE: Commentaire sur Daniel. Introduction de Gustave BARDY, Texte établi et traduit par Maurice LEFÉVRE. Editions du Cerf, 29. Bd de la Tiur Maubourg. París, 1947. Formato 13 x 20 cm. Páginas 239.

Desaparecida de hace siglos la obra en griego del mártir S. Hipólito, íbasela re-construyendo penosamente con los varios fragmentos y citas que de ella se encontraban. Recientemente se encontró una versión completa en paleoslavo, de la que hizo Bonwetsch su versión alemana, y ahora Lefévre la presente traducción francesa, que sigue, no obstante, al griego hasta donde puede.

Con esto se llena un vacío en la exégesis bíblica de la antigüedad cristiana que ha de contribuir no poco a realzar la simpática figura de su autor, casi desconocido hasta hace poco.

Escribe Hipólito en un ambiente de controversia entre los que vivían inquietos en la expectación del próximo fin del mundo, muy viva a principios del siglo II merced a la predicación montanista, y los que bien o mal avenidos con el cotidiano vivir, no querían oír hablar de semejantes temas. Equilibrado, como buen romano, esfuérzase por iluminar y pacificar los espíritus, respondiendo según su saber bíblico, harto maduro, a las cuestiones apremiantes de los fieles, siguiendo la línea trazada poco antes en su otra obra Sobre Cristo y el Anticristo. Pero su principal preocupación en ésta es la de fortificar a los fieles en la persecución de Septimio Severo, exhortándolos a soportar el martirio, si Dios los llamare a tanta gloria, para lo cual se presta admirablemente el libro de Daniel, como historia y como profecía.

Pese a la Crónica, que es otra de sus obras, Hipólito no se distingue por su ciencia histórica, que transciende poco los datos de la Biblia, pero tiene en cambio muy en su mente claro y distinto el esquema profético de las cosas novísimas, y que es el mismo de la doctrina milenaria dominante en la Iglesia antigua, hasta San Agustín (su primer modo), quien lo sustituyó luego por el sistema corriente (su segundo modo), que es el systema receptum de los teólogos posteriores.

sábado, 17 de diciembre de 2016

León Bloy, EN TINIEBLAS (Reseña)



León Bloy, EN TINIEBLAS. Alfa Ediciones. Córdoba, Argentina, 2016. 107 páginas. alfa.editorial@gmail.com

La novísima editorial Alfa ha dado a luz su segundo libro y ha escogido entre su selección una hermosa obra de León Bloy, autor amado y despreciado con pasión, sobre el cual ya estarán habituados los lectores de este blog.

En Tinieblas forma parte del selecto grupo de libros póstumos publicados por su maravillosa esposa Jeanne Molbech; se trata, tal vez, de uno de los libros menos conocidos del autor, pero no por ello menos importantes, entre otras razones porque tenemos al escritor, no sólo en toda su madurez sino también en su senectud, cuando ya las luchas de esta vida habían pasado y donde todo hombre puede repetir como Bloy en la primera de sus Méditations d´un Solitaire: Je suis seul.

La edición, prolija y cuidada, consta de una presentación, seguida del prólogo original de Jeanne Molbech y los veintiún capítulos, el último de los cuales fue agregado por su esposa a modo de conclusión de los tres que quedaron por escribir.

No podemos menos que felicitar al editor por la excelente idea de publicar, en estos tiempos tenebrosos, un autor más actual que nunca, una verdadera gloria de las letras francesas y, sobre todo, un Católico ejemplar.


Con la esperanza (y promesa) que éste no ha de ser el único libro que publiquen de Bloy, hacemos votos por el éxito de esta primera edición que seguramente ha de ser seguida por otras.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

El que ha de Volver, por M. Chasles. Apéndice I, Las Profecías, I Parte

APENDICES

I

LAS PROFECIAS

¡Está cumplido!    Hasta que El venga    ¡Hechas están!
Jn. XIX, 30                I Cor. XI, 26              Apoc. XXI, 6.


Al frente del libro está escrito de mí

Sal. XL, 8.

Supongamos que tenemos en nuestras manos uno de esos rollos que se usan hoy día en las sinagogas. Tal como lo hizo Jesús en Nazaret (Lc. IV, 17), desenrollemos el pergamino y leamos.

Jesús dijo al morir: Está cumplido!”.

Enseguida desenrollemos la otra parte del rollo y leamos las PROFECIAS SOBRE LA SEGUNDA VENIDA. Al final del último libro de la Biblia, en el Apocalipsis, oiremos a Jesús — para quien el futuro es ya presente — afirmar la plena realización: "Hechas están".

Entre las dos partes del rollo hay un espacio en blanco…, es nuestro tiempo, es el tiempo de la Iglesia, el tiempo de la espera… "hasta que El venga".

¿CREEMOS realmente en el cumplimiento de las profecías, de las que se realizaron con la primera venida de Jesús?

¿Esperamos realmente el cumplimiento de las profecías, de aquellas en que se realiza la vuelta de Jesús?

Coloquémonos por lo menos una vez en nuestra vida frente a las fuentes maravillosas que nos ofrece la Iglesia, — por medio de la Biblia — para desarrollar nuestra fe y nuestra esperanza.

¿Hemos bebido en esas fuentes?

Reflexionemos sobre este pasaje del Evangelio:

Cuando María llevaba a Jesús en su seno, — y sin verlo todavía, — Isabel le dice: " Y bienaventurada la que creyó, porque tendrá cumplimiento lo que se le dijo de parte del Señor (Lc. I, 45).

Del mismo modo se cumplirán un día todas las cosas dichas de parte del Señor, por los profetas y los Apóstoles relativas al Retorno y al Reino de Jesucristo, nuestro Salvador.

Entonces, felices aquellos que, al ver todas estas cosas, podrán decir, como San Mateo al fin de su Evangelio: "Todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas" (Mt. XXVI, 56).


viernes, 9 de diciembre de 2016

Retractatio IV: Algunos grupos del Apocalipsis VIII: Diversos Grupos.

Nota del Blog: mucho tiempo ha pasado desde la última retractatio y la verdad que ya es hora de poner algunas cosas en su lugar.

Al hablar del VIII de los grupos del Apocalipsis (ver AQUI y también la nota 2 AQUI) distinguíamos dos batallas y, consiguientemente, dos tiempos y dos grupos diversos.

Decíamos que lo que se narra tras la apertura del sexto Sello correspondía al Juicio de las Naciones (VI, 12-17) mientras lo que vemos en el capítulo XIX, 11-21 es un suceso anterior, donde se describe la batalla del Harmagedón, pero ¿será ésto así?

Tal vez hemos pecado de demasiadas sutilezas y distinciones.

Veamos:

Que en el capítulo VI se describe el comienzo del Juicio de las Naciones y se narran las conmociones en el sol, la luna, las estrellas y el cielo, y que a este Juicio lo vemos profetizado en Is. XIII, 9-10; XXXIV, 4; Jl, II, 10.30; III, 4.15; Mt. XXIV, 29; Mc. XIII, 24; Lc. XXI, 25 no parece haber demasiados problemas en admitirlo. La dificultad estaría más bien en el capítulo XIX.

Repasemos primero el texto y luego lo sometamos a un breve análisis:

11. Y vi el cielo abierto y he aquí un caballo blanco y el sedente sobre él es llamado Fiel y Veraz, y juzga con justicia y guerrea.
12. Sus ojos llamas de fuego y en su cabeza muchas diademas, tiene un nombre escrito que nadie conoce sino Él mismo.
13. Y vestido con un vestido empapado de sangre, y el Nombre de Él es llamado el Verbo de Dios.
14. Y los ejércitos que están en el cielo lo siguen en caballos blancos y vestidos de finísimo lino blanco y puro.
15. Y de su boca sale una espada aguda, para que hiera con ella a las naciones. Y Él las destruirá con vara de hierro y Él pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios, el Todopoderoso.
16. Y tiene sobre su vestido y sobre su muslo escrito un nombre: Rey de reyes y Señor de señores.
17. Y vi un ángel de pie en el sol y clamó con gran voz, diciendo a todas las aves que volaban por medio del cielo: “Venid, congregaos para el banquete, el grande, de Dios,
18. a comer carnes de reyes y carnes de quiliarcas y carnes de fuertes y carnes de caballos y de los que montan en ellos y carnes de todos, de libres y de esclavos y de pequeños y de grandes”.
19. Y vi la bestia y los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer la guerra contra Aquel que monta el caballo y contra su ejército.
20. Y la Bestia fue presa y con ella el Falso Profeta, el que delante de ella había hecho los signos, con los cuales había engañado a los que recibieron la marca de la Bestia y a los que se postraron ante su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego ardiendo con azufre.
21. Y los demás fueron muertos con la espada del que montaba el caballo, la que salía de su boca y todas las aves se hartaron de las carnes de ellos.

viernes, 2 de diciembre de 2016

El que ha de Volver, por M. Chasles. Conclusión

CONCLUSION

"Ahora, pues, hijitos, permaneced en Él,
para que cuando se manifestare
tengamos confianza y no seamos avergonzados
delante de Él en su Parusía".

I Jn. II, 28

"PONED TODA VUESTRA ESPERANZA EN LA
GRACIA QUE SE OS TRAERÁ
CUANDO APAREZCA JESUCRISTO"

I Ped. I, 13

"Has de saber que en los últimos días sobrevendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán amadores de sí mismos y del dinero, jactanciosos, soberbios, maldicientes, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, inhumanos, desleales, calumniadores, incontinentes, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traidores, temerarios, hinchados, amadores de los placeres más que de Dios. Tendrán ciertamente apariencia de piedad, mas negando lo que es su fuerza. A esos apártalos de ti” (II Tim. III, 1-5).

¡Cualquiera dice al leer tan sombría descripción que el Apóstol hablaba de tiempos como los nuestros! ¡Si, al fin de los tiempos!

Pues bien, nada elevará una barrera más fuerte contra el amor de nosotros mismos, contra el amor al oro, la insubordinación, las formas exteriores de una piedad que reniega de lo que haría su fuerza, que el desarrollo en nosotros de la esperanza de la vuelta de Cristo.

Debemos volver toda nuestra esperanza hacia esta gracia que nos será dada el día de la manifestación de Jesucristo (I Ped. I, 13) para que vivamos desde ahora en paz y alegría del alma.

Nuestra sociedad sufre de un profundo egoísmo, de una sed insaciable de dinero y goces materiales y de su falta de sumisión a la ley de Dios.

¿En dónde está el remedio?

Para aprender a olvidarnos de nosotros mismos se nos proponen diversos medios. Los métodos ascéticos son numerosos, pero nuestro aborrecible yo es un monstruo que, como la hidra de Lemá, debe ser extirpado en sus siete cabezas a la vez. Nada corta más radicalmente los tentáculos del yo que la espera de la manifestación de Cristo que puede producirse de un momento a otro. Nada domina mejor nuestro yo que la lectura de las Santas Escrituras; ellas nos recuerdan sin cesar los misterios que han de suceder. Un día Ángela de Foligno oyó una voz que le decía: "La inteligencia de las Escrituras contiene tales delicias, que el hombre que las posea olvidaría el mundo… No sólo olvidaría el mundo aquel que goce del gozo inefable de la inteligencia evangélica, se olvidaría de sí mismo"[1].