lunes, 14 de julio de 2014

Castellani y el Apocalipsis, X: Una mala traducción (y exégesis) en el cap. XVI

X

Una mala traducción (y exégesis) en el cap. XVI

Pasemos a analizar la segunda Copa, o Redoma, como le llama Castellani.

Su traducción es la siguiente (pag. 194-5):

Y el Segundo volcó su Redoma
En el mar
Y el Mar se volvió sangre
Como de muerto
Y toda ánima de vida murió
Las que estaban en el mar.

Y comenta (énfasis nuestros):

"Significa no literalmente, no puede ser. Significa para nosotros el ensangrentamiento de las relaciones internacionales; de las cuales el mar es el vehículo, y es también su símbolo en la Escritura: no dice el Profeta "murieron todos los peces", ni "zozobraron un tercio de las naves", como en la Segunda Tuba; sino "murió el espíritu viviente".

Dejemos de lado por ahora su interpretación y analicemos un poco la traducción que da del texto y luego la parte subrayada de su comentario.

Veamos cómo traducen algunos autores este versículo:

Straubinger: "Y el segundo derramó su copa sobre el mar, el cual se convirtió en sangre como la de un muerto, y todo ser viviente en el mar murió".

Bover: "Y el segundo derramó su copa sobre el mar, y se convirtió en sangre como de muerto, y murieron todos los seres animados de vida, cuantos había en el mar".

Allo: "Y el segundo derramó su copa en el mar; y se volvió sangre, como (la sangre) de un muerto, y todo ser animado pereció, los que están en la mar".

Castellani dice que el texto no afirma que murieron "todos los peces" y en esto tiene razón, pero luego le hace decir algo que no dice: "murió el espíritu viviente". En ningún lado el texto dice eso. En el original griego no se encuentra el artículo "el" sino el adjetivo "todo": καὶ πᾶσα ψυχὴ ζωῆς ἀπέθανεν (y todo espíritu viviente murió).

Lo curioso de todo esto es que la traducción que da está bien hecha: "Y toda ánima de vida murió".

¿A qué se refiere el texto cuando habla de ánima viviente?


Zerwick comienza diciendo que la traducción literal es "ánima de vida" pero que se trata de un hebraísmo y que la traducción correcta es "ánima viviente".

Por su parte Caballero Sánchez dice que el término se aplica a los animales y cita para ello el Génesis:

IX, 9-12: “Dios establece un pacto con Noé, sus hijos y sus descendencia, y con toda alma de vida de aves, de animales y de toda bestia de la tierra que está con ellos… para que no perezca ya toda carne en aguas de diluvio”.

Y luego concluye: "La distinción entre “hombres” y “animales” catalogados bajo la rúbrica “toda alma de vida”, aparece allí claramente”[1].

En definitiva, San Juan sí está hablando de los animales y no de "las relaciones internacionales" como quiere Castellani.

Continuemos un poco más.

Lo que decimos se confirma por lo que dice los vv. 5-6:

"Y oí decir al ángel de las aguas: “Justo eres, (Tú que tienes por nombre) el Es y el  Era, oh Santo, en haber hecho este juicio”.
Porque sangre de Santos[2] y Profetas derramaron y sangre les has dado a beber: son dignos".

Si la interpretación de Castellani fuera la correcta entonces este versículo no tendría sentido alguno.

Dios siempre nos castiga con aquello mismo en que pecamos como puede verse por ejemplo en la Sabiduría:

XI, 17: "… a fin de que conociesen cómo por aquellas cosas en que uno peca, por esas mismas es atormentado".

Por último tampoco debemos perder de vista que las plagas de las Copas están prefiguradas en las de Egipto, las cuales fueron literales propias, como cuando leemos en ese mismo capítulo de la Sabiduría:

6-7. "Porque cuando los egipcios en vez de un río perenne, se hallaron conturbados con inmunda sangre, en castigo del decreto matador de los niños, diste agua a los israelitas…".

Palabras más que claras.

Para cerrar vengamos a la objeción de Castellani a la interpretación literal cruda. El Padre dice:

"Los Padres antiguos decían eran castigos de Dios en los últimos tiempos, todavía no concretables; y algunos no temían interpretar literal crudo. Pero si el mar se vuelve todo sangre, y los ríos sangre, perece la humanidad entera en menos de 15 días. No puede ser”.

La respuesta nos parece sencilla. En ningún lado el texto dice que todos los mares y todos los ríos y fuentes de aguas se volvieron sangre, sino que toda ánima viviente del mar ensangrentado murió. Bien puede ser que sea una parte de uno de los mares y ríos y no todos, y de hecho estamos convencidos que así es, puesto que creemos que el mar en el Apocalipsis designa un lugar específico y puntual, pero sobre esto volveremos en otra ocasión.

Uno de los grandes problemas con la exégesis de Castellani es que trata de aplicar a la historia o a los sucesos actuales, hechos que son completamente futuros para nosotros y de ahí que su exégesis sea rebuscada y oscura. Más adelante veremos otro ejemplo de lo que decimos aquí.

Vale!




[1] Es cierto que luego, en su desaforado simbolismo, interpreta esos "animales" como una clase de hombres, contrariamente al texto que le citamos.

[2] Castellani omite traducir (e interpretar) lo referido a los "Santos".