lunes, 11 de noviembre de 2013

El Discurso Parusíaco VIII: Respuesta de Jesucristo, III.

El análisis de esta sección del Discurso podrá parecer un tanto seco, pero es preciso hacerlo a fin de poder comprender el método de los Evangelistas a la hora de redactar sus Evangelios.
Sobre la exégesis de esta sección del discurso nos remitimos a lo que ya dijimos AQUI (ver la segunda parte “Quinto Sello”).
Agregamos algunas notas lingüísticas que pueden ser de alguna utilidad para la exégesis.


Mateo XXIV

9 "Entonces os entregarán a la tribulación y os matarán y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.
13 Mas el que perseverare hasta el fin, ése será salvo.
14 Y esta Buena Nueva del Reino será proclamada en el mundo entero, en testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin.


Mateo X

17 Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los sanedrines y os azotarán en sus sinagogas,
18 y por causa de Mí seréis llevados ante gobernadores y reyes, en testimonio para ellos y para las naciones.
19 Más cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis. Lo que habéis de decir os será dado en aquella misma hora.
20 Porque no sois vosotros los que hablaréis, sino que el Espíritu de vuestro Padre es quien hablará por medio de vosotros
21. Entregará hermano a hermano a la muerte y padre a hijo; y se levantarán hijos  contra padres y los harán condenar a muerte.
22. Y seréis odiados de todos a causa de mi nombre; pero el que perseverare hasta el fin, ése será salvo.


Marcos XIII

9 Mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los sanedrines, y seréis flagelados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes, a causa de Mí, para dar testimonio ante ellos.
10 Y es necesario primero que a todas las naciones sea proclamada la Buena Nueva.
11 Más cuando os lleven para entregaros, no os afanéis anticipadamente por lo que diréis; sino decid lo que en aquel momento os será inspirado; porque no sois vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu Santo.
12 y entregará hermano a hermano a la muerte y padre a hijo; y se levantarán hijos contra padres y los harán condenar a muerte.
13 Y seréis odiados de todos a causa de mi nombre; pero el que perseverare  hasta el fin, ese será salvo.


Lucas XXI

12 "Pero antes de todo esto, os prenderán; os perseguirán, os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, os llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi nombre;
13 esto os servirá para testimonio.
14 Tened, pues, resuelto, en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de hablar en vuestra defensa,
15 porque Yo os daré boca y sabiduría a la cual ninguno de vuestros adversarios podrá resistir o contradecir.
16 Seréis entregados aún por padres y hermanos y parientes y amigos; y harán condenar a muerte a algunos de entre vosotros,
17 y seréis odiados de todos a causa de mi nombre.
18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza se perderá.
19 En vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.


Lucas XII

11. Cuando os llevaren ante las sinagogas, los magistrados, y las autoridades, no os preocupéis de cómo y qué diréis para defenderos o qué hablaréis.
12. Porque el Espíritu Santo os enseñará en el momento mismo lo que habrá que decir".


Notas lingüísticas:

Zerwick:

Mt (X, 18) y Mc (9): “εἰς μαρτύριον αὐτοῖς (dar testimonio ante ellos): “para que tengan testimonio del Reino de Dios”.

Mc (10): notar el adverbio πρῶτον (primero) que se encuentra en Lc XXI, 9 como ya lo dijimos. Así como entonces era preciso que las guerras y revoluciones debían acaecer antes del signo, así también acá nos advierte Nuestro Señor que antes del signo (abominación de la desolación) debe predicarse el Evangelio del Reino ante todas las naciones.

Lc v. 13 εἰς μαρτύριον (en testimonio): “en vuestro provecho o en ocasión de dar testimonio”.

Mt (X, 19), Mc (11) = μεριμνήσητε y προμεριμνᾶτε (estar ansioso – estar ansioso de antemano), Lc (14) = προμελετᾷν (premeditar). En Mt y Mc la situación para los discípulos parece más difícil. Lc XII coincide con Mt y Mc.

Mt (X, 21) y Mc (12): παραδώσει: “entregará (a saber, a juicio para ser condenado)”.
                                    Ἐπαναστήσονται: “se levantará contra (como acusador en el tribunal).”

Brunec[1]:

La frase εἰς τέλος (hasta el fin) al carecer de artículo, no puede significar “hasta el fin por el cual preguntasteis” (es decir, hasta la Parusía), sino que significa “hasta el fin al cual puede llegar la tribulación”.

Interesantísima observación. Notar que Jesucristo está hablando del quinto sello y no de la persecución del Anticristo. “Hasta el fin”, significa pues, hasta el fin de la apertura del séptimo sello y al comienzo de la venganza divina por medio del juicio de las Trompetas.

En Lc XXI, 16 el tono de la admonición es distinta a la de Mt y Mc (e incluso en Lc XII) pues en este discurso Jesús parece hablarle a los discípulos allí presentes (“harán condenar a muerte alguno de vosotros…”) mientras que en Mt (X, 21) y Mc (12) Jesús está hablando en forma impersonal y no restringe la muerte a algunos sino que parece dar a entender que todos aquellos que sean entregados a los tribunales serán condenados a muerte. Cfr. Lagrange in Mc. XIII, 12.


Aquí comienza un nuevo problema en la exégesis deste discurso puesto que a los tres capítulos se le agrega ahora el de San Mateo X y San Lucas XII, con lo cual las dificultades que surgen ahora son: ¿por qué lo tratan aquí y no en el sermón parusíaco? ¿Estas palabras fueron dichas en una ocasión distinta a la del sermón parusíaco?
En realidad si tenemos en cuenta que San Mateo agrupó su Evangelio por temas y no por orden cronológico la respuesta salta a la vista. En su capítulo X Mt reunió diversos discursos de Nuestro Señor relativo tanto a la predicación (en la cual incluye cosas dichas en dos sucesos diferentes: la misión de los Apóstoles y de los 72 discípulos) cuanto a la predicción de persecuciones en general, incluyendo de nuevo la oposición que iban a sufrir tanto ellos como los demás predicadores hasta el fin del siglo, para luego terminar (vers. 32 ss.) con las exhortaciones y consuelos.
La nota explicativa del P. Leal es muy instructiva a este respecto. Comentando el capítulo X de Mt dice: “El texto de San Mateo es bastante más largo que el (paralelo) de Mc-Lc. La razón es porque Mt ha reunido enseñanzas que pertenecen a diversas ocasiones. Se puede decir que el texto paralelo con Mc. VI, 7-13 y Lc. IX, 1-6 no es nada más que Mt X, 1.5-15. Es decir lo que se refiere a la primera misión histórica de los Doce. Misión encerrada en el territorio estricto de Israel” y luego agrega: “es posible que algunas de las mismas enseñanzas que se encierran en esta primera parte de Mt (vers. 5-7.10.15-16) pertenezcan también a otro contexto. Cf. Lc. X, 3-12 que pone estas enseñanzas en la misión de los 72.
La segunda parte de Mt X, 17-23 no tiene ya paralelo en Mc-Lc (léase: “en los lugares paralelos que corresponderían a Mc. 6 y Lc 9 y 10). Son todas instrucciones que suponen otra misión posterior, la misión universal, que debían cumplir los apóstoles después de la muerte de Jesús. Por esto se habla en ella de reyes y naciones.”[2]
J. Schmid concuerda también al afirmar: “los v. 17-22 tienen su paralelo en Mc. XIII, 9-13, esto es, en el discurso de la Parusía[3]. Sólo Mc. XIII, 10 tenía que ser suprimido aquí, por no convenir con el tema, para ser utilizado luego en XXIV, 14. Pero el agregado “y ante los gentiles” (después de “para dar testimonio ante ellos”) en el v. 18 es una reminiscencia de ello. Mateo ha sacado pues realmente esta perícopa del discurso de la parusía y la ha colocado en el discurso de los discípulos. Ello queda probado por la observación de que Mateo lo vuelve a utilizar en el lugar por la concordancia casi literal del texto con Mc. XIII, 9-13, así como paralelo a Mc XIII (Mt XXIV, 9-14), ofreciéndolo allí en forma más abreviada y con grandes diferencias en cuanto a la letra del texto, ya que tampoco quería suprimirlo del todo en el discurso de la parusía. La situación que el pasaje presupone es también, según opinión general, mucho peor y más peligrosa que la que pueda imaginarse para la época de la primera misión de los doce, traspasando, especialmente en el v. 18 el horizonte de la misma que, como es sabido, estuvo limitada a Palestina (cf. v 5 s.). Las persecuciones de parte de tribunales judíos y gentiles aquí anunciadas van referidas, además, no sólo a los doce, sino a los discípulos de Jesús en sentido amplio, esto es a los cristianos en su totalidad. A ellos va dirigida también, pues, la promesa del Espíritu, que les hará encontrar las palabras adecuadas en la hora de la cuenta ante el tribunal. La situación de la misión de los discípulos no cuenta, pues aquí ya no se trata en esta parte del discurso de Mateo (ni en los versos siguientes hasta el v. 39) de un discurso de misión, sino de una instrucción dirigida a los discípulos.”[4]
En su comentario a Mt. XXIV, 9-13 añade esta importante explicación: “Este pasaje es especialmente instructivo sobre el procedimiento de composición literaria en Mateo, quien, por referirse a las persecuciones que esperan a los discípulos, lo ha introducido en forma que coincide al pie de la letra con el texto de Marcos XIII, 9-13, en el discurso dirigido a los discípulos (X, 17-21). A pesar de ello, no quiere suprimirlo en su discurso escatológico, aunque, de hacerlo, no habría ruptura en el hilo del discurso, y el v. 15 podría ir muy bien después del v. 8. Pero para evitar una repetición literal del mismo, lo ofrece en una forma nueva, debida a su propia redacción. Esta manera de proceder la encontramos repetida en IX, 32s = XII, 22-24.
El v. 9 corresponde, en cuanto a su contenido y, en parte, en cuanto a la forma, con Mt XIII, 9.13, pero con la importante diferencia que el texto de Mateo se refiere exclusivamente a persecuciones de parte de los paganos, sin que se aluda ya para nada a persecuciones realizadas por los judíos. El v. 11 anticipa casi literalmente el v. 24 (= Mc. XIII, 22) y alude seguramente a la actividad de los herejes. El v. 13 corresponde a Mc. XIII, 13b, tiñéndose de un tono parenético tras el v. 12. El v. 14 = Mc. XIII, 10. El v. 10 tiene aún contactos, en su contenido, con Mc. XIII, 12, pero va referido a desavenencias en el interior de la comunidad cristiana de los fieles. Del todo nuevo es el v. 12”.
Y luego comentando Lc. XXI, 12-19 dice: “Toda la perícopa ofrece notables diferencias con el texto de Marcos, no sólo en su forma, sino también en el espíritu que la anima. En Marcos se mueve dentro de un ambiente en extremo sombrío: los discípulos tienen que soportar el odio de todos hasta sus últimas consecuencias. Sólo así pueden conseguir la salvación. El texto de Lucas respira, en cambio, un aire mucho más optimista, casi de triunfo, que no se destruye sino en apariencia en el v. 16s. También en él les son anunciadas persecuciones a los discípulos, pero sin que se piense, por ello, en la muerte como término de su testimonio”, para luego terminar: “El v. 13 tiene un sentido y un tono distinto al “como testimonio para ellos” de Mc. XIII, 9. La persecución de parte de autoridades judías[5] y paganas[6] se convertirá para los discípulos en honrosa oportunidad para dar testimonio del Evangelio (al martirio no se hace aquí referencia alguna).
En los v. 14s da Lucas una formulación totalmente nueva al pensamiento de Mc. XIII, 11, para no repetir de manera casi literal XII, 11s. La forma del v. 15 muestra contactos con Act. VI, 10, de lo que se deduce que aquí Lucas tiene ante los ojos, entre otras cosas la lapidación de Esteban”.

Con lo cual vemos en Mt una vez más el mismo procedimiento.
Analicemos primero los textos de Mt y Mc para luego comparar sus diferencias con las de Lc.
Si observamos bien vamos a ver que los siguientes lugares son completamente paralelos en los capítulos X de Mt y XIII de Mc:

Mt. 17-18 = Mc. 9-10.
Mt. 19-20 = Mc. 11.
Mt. 21-22 = Mc. 12-13.

La única diferencia estaría en el hecho de que Mt. dice “en testimonio para ellos y las naciones” y Mc. es más completo “para dar testimonio ante ellos. Y es necesario primero que a todas las naciones sea proclamado el Evangelio” pero la diferencia no es difícil de explicar. Si recordamos que Mt ha hecho su Evangelio por temas, y no así Mc. es lógico suponer que su sermón es el original y que San Mateo lo modificó un poco. Básicamente lo que hizo fue lo siguiente:

1) A los versículos 9-12 de Mc los trasladó a X, 17-22 resumiendo el pasaje “es necesario primero que a todas las naciones sea proclamado el Evangelio” con la frase “en testimonio para las naciones”.

2) En lugar desto en el capítulo XXIV resumió en los versículos 9, 13 y 14 lo que Mc dijo en 9-12, como puede verse en el hecho de que Mt. XXIV 9b y 13 es igual a Mc. 13, 13.
¿Y los versículos 10 a 12? Estos versículos fueron pronunciados por Nuestro Señor en otra ocasión y trasladados aquí por Mt. aunque no tienen paralelos en los demás Evangelios.[7]

Hasta aquí el análisis de las diferencias en los textos. Nos queda por explicar las repeticiones de Lc. XII, 11 s y XVII, 23 con Lc. XXI, pero lo dejaremos para el siguiente post.

Vale!



[1] M. Brunec C.D.B. Sermo Eschatologicus, (Verbum Domini, XXX (1952) p. 269. Paréntesis nuestros.

[2] Sinopsis de los cuatro Evangelios, BAC 1954. Paréntesis y negritas nuestras. Texto levemente modificado. El autor después muestra que el resto del cap. X de Mt. tiene sus paralelos en diversos pasajes de Lc.

[3] “En Lc., los v. 19s se encuentran, además del discurso de la parusía, también en XII, 11s” (Nota del Autor).
Está claro por lo dicho hasta aquí que no compartimos esta opinión ya que creemos que Lc. XXI, 16-17 se refiere a las persecuciones anteriores a la destrucción del Templo, mientras que Lc. XII, 11-12 es una cita del Discurso Parusíaco traído por los otros dos sinópticos. De todas formas es este un punto menor en la argumentación del P. Schmid.

[4] J. Schmid, El Evangelio según San Mateo, pag. 261, Herder, 1973, 2 ed.

[5] Cfr. Act IV, 3; V, 18; VIII, 3; XII, 4.

[6] Cfr. Act XVI, 23; XXIII, 35; XXV, 1-12.

[7] La afirmación de que Mt. trajo partes de otros discursos de Nuestro Señor al cap. XXIV quedará más claro hacia el final del estudio. De todas formas no debe negarse a priori que Mt. así como pudo sacar parte del sermón Parusíaco y trasladarlo al cap. X, también pudo citar cosas dichas por Jesús en otra ocasión y traerlas a su cap. XXIV ratione materiae.