sábado, 20 de octubre de 2012

La Psicastenia, por Mons. Derisi. Prólogo y Cap. I

Nota del Blog: presentamos aquí este interesante trabajo de Mons. O. Derisi sobre los escrúpulos.

Mons. O. Derisi

OCTAVIO NICOLAS DERISI

LA
PSICASTENIA

GENESIS Y DESARROLLO, TEORIA
Y TERAPEUTICA DE LOS ESCRUPULOS

SEGUNDA EDICION, 1944.

A mi venerado Arzobispo de La Plata
 MONS. DR. JUAN P. CHIMENTO
 amante Padre y celoso Pastor de su grey.


PROLOGO DE LA SEGUNDA EDICION

Hace unos años, en sucesivas entregas de la "Revista Eclesiástica" de La Plata, publiqué el presente trabajo, aparecido inmediatamente en forma de libro. Mi intención era poner en manos de confesores y directores de conciencia un instrumento para la curación de las almas escrupulosas y de proponer a éstas el camino de su propio remedio. Es verdad que todos los tratados de teología moral dan las normas prácticas para la dirección segura de estas almas tan dolorosamente perturbadas por su dolencia. Pero, como es natural, no suelen entrar ellos en el análisis y explicación psicológica de la enfermedad, o, en el mejor de los casos, conténtanse con una exposición somera de la misma. Pensé, por eso, que una mayor inteligencia de la enfermedad, tanto en los fenómenos en que se revela como en las causas que la originan, en una palabra, que un estudio psicológico previo al terapéutico, no sólo tenía un interés científico para el mejor conocimiento del mal desde su raíz hasta sus ulteriores manifestaciones, sino que sobre todo ofrecía una fundamentación racional para la mejor comprensión de aquellas normas y remedios propuestos por los tratados de teología moral. Cimentada así sobre un conocimiento de causa, la terapéutica del escrúpulo aparece determinada y exigida por la misma naturaleza del mal que intenta remediar.
Tal es el fin que movió al autor a la redacción del presente trabajo psicológico-moral. Dios bendijo este esfuerzo, porque el público brindó tan benévola acogida al libro en su primera edición, que al poco tiempo quedó totalmente agotada. Con algunas correcciones de escasa importancia, vuelve hoy a ver la luz en esta segunda edición. Hubiese sido fácil ahondar en algunos puntos y ampliar otros. Los temas psicológicos que toca y con los que se relaciona ofrecen la perspectiva de una vasta exposición. He preferido, sin embargo, conservarlo así en su estructura simple de la primera edición, con el suficiente pero mínimo bagaje y erudición científica, para hacerlo más accesible y de fácil comprensión —al menos en sus puntos fundamentales— a cuantas almas pueda ser provechosa su lectura. He sacrificado así la erudición a la facilidad y claridad, a fin de asegurar su accesibilidad a un número mayor de lectores. Quiera Dios bendecir el libro con el bien que pueda aportar a mis hermanos sacerdotes, confesores y directores de conciencia, sobre todo con la paz y tranquilidad que sus páginas puedan llevar hasta las almas sumidas en la angustia de esta dolorosa enfermedad. Tal la mejor recompensa del autor.


OCTAVIO NICOLÁS DERISI

Seminario Metropolitano Mayor "San José" de La Plata. En el quinto aniversario de la Coronación de S. Santidad Pío XII, 12 de Marzo de 1944.



CAPITULO I

INTRODUCCION

Acaso ninguna ley más profunda en los dominios de la psicología, como la de la tendencia del espíritu hacia la unidad de la conciencia, hacia la cohesión de la personalidad. Por ella todos los actos psíquicos —ideas, sentimientos, decisiones, etc— tienden a agruparse en la unidad profunda del yo. Toda percepción, idea o cualquier otro acto psíquico que penetra en nuestra conciencia ha de someterse a dicha ley, incorporándose a esa unidad. Frente a un hecho psicológico nuevo, una idea vg., la inteligencia lo analiza, lo procura reducir a conocimientos o ideas ya adquiridas o iluminado a su luz, para luego asimilarlo a la síntesis mental.
Cuando nada entorpece esa inclinación natural profunda del espíritu, un sentimiento de satisfacción sigue a su trabajo de unificación. Pero que un acto anímico cualquiera venga a perturbar ese movimiento natural del alma, enquistándose en la conciencia sin que el espíritu pueda incorporarlo a su unidad, y sobrevendrá una suerte de dislocación espiritual con la consiguiente lucha de la síntesis mental por ver de eliminar al intruso y recuperar su unidad. Es el tormento de una duda que se opone en el camino de una investigación irreductible a la evidencia, o el de una indecisión que llena de ansiedad y balancea a la voluntad entre dos actitudes impidiéndole optar por alguna de ellas.
En la vida normal estos percances son tan frecuentes como pasajeros, al menos en los casos ordinarios; y en los designios del Autor de nuestra naturaleza tienen el fin de provocar nuestra actividad sostenida hacia la conquista del mundo del conocimiento: unidad de la inteligencia mediante la eliminación de la duda, y del mundo de la perfección moral: unidad de nuestra conducta encauzada con decisión y sin titubeos o alternativas por el camino de la obligación y del deber.
Pero existen sujetos en quienes la dislocación y tortura del espíritu nacida del hecho de no poder alcanzar la unidad de la conciencia, deja de ser un accidente pasajero de su acontecer psíquico para constituirse en un fenómeno constante y casi permanente, determinado como está por una debilidad y depresión del espíritu, por una enfermedad: la psicastenia, también llamada obsesión, que en materia religiosa constituye el escrúpulo.
En el presente estudio intentaremos expresar objetivamente los hechos y desarrollo de esta dolorosa y no frecuente enfermedad (1º parte), de agruparlos luego en una teoría que dé de ellos una explicación satisfactoria: la teoría psicasténica de Janet (2º parte), para luego señalar apuntándolos tan sólo, su tratamiento terapéutico, sus remedios (3º parte) todo ello, claro está, dentro de los estrechos límites de un trabajo de síntesis, y refiriéndonos con preferencia y casi exclusivamente al caso principal, más desgarrador y que más de cerca nos toca a quienes nos interesamos por el bien de las almas, o del escrúpulo.